Creo que hay que tener en cuenta un factor fundamental, ¿se ha esforzado?. Desde luego si lo ha hecho no podemos reaccionar de igual forma. Es muy importante que reconozcamos su esfuerzo. En ocasiones esto supone reconocer un suspenso cosa que puede parecer contradictorio. Lo que ocurre si el niño se ha esforzado y no ha logrado superar los mínimos y, además, tiene nuestro castigo , suele ser una reacción doblemente negativa. Si no ha llegado a los objetivos es necesario hablarlo, buscar las causas. Simplemente con el castigo no llegaremos a la razón y el castigo, por si solo, no es efectivo.
Por eso ante los suspensos hay que buscar las RAZONES y poner los REMEDIOS. Dentro de estos puede estar la limitación en ver la tele, el ordenador, la play, etc. pero ha de haber algo más, un trabajo añadido.
Se puede cambiar el hábito de los niños, hay que empezar cuanto antes y ser constante. Bien sea con las matemáticas o con la lengua hay cosas que podemos hacer. Hay que probar una y otra vez hasta dar con la “formula mágica”, la hay, os lo aseguro. Os pongo dos ejemplos que quizá ya he comentado. Para que un hijo mío leyera se me ocurrió(después de muchos intentos fallidos) el que me encanta que me lea para quedarme dormido. Bien , ahora me busca y me dice “te voy a leer papá para que puedas dormir un rato”. He de hacer un poco de teatro (espero que no lea el blog) y hacer mucho hincapié en lo que me gusta que me lea. Hay días que no le apetece y otros que no pararía.